sábado, 9 de abril de 2011

Noche de luna y aroma.

El sonido de la brisa, su calidez, el movimiento, la timidez con que se desenvolvia pero sin dejar de progresar. Progresar en gestos que eran tan confusos como la sonriza de la gioconda, pero a su vez tan hermosos. situacion que confundia el electrizante acto del que desenfrenadamente eramos protagonistas.
Nunca llegue a pensar que el extasis era tan agridulce. Dulce, acaramelado de pasiones y sonrizas dibujadas con las manos que rozaban los cuerpos y coloreadas por gemidos producidos por el choque de dos almas que se juntan. Y un nectar agrio y amargo porque  al despertar ya no estavas, y te llevaste mis cigarros.

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